Los colores amarillos son típicos del verano pero no debemos pensar que la mejor estrategia es usarlos solamente durante esta temporada. ¡Nada que ver! El amarillo es un color que se agradece tener mucho en casa durante todo el año. ¿Quieres saber cómo introducir este optimista color en tus espacios de forma original y elegante? Sigue leyendo.
El amarillo puede ir en muchas partes de la casa. Imagina que lo que quieres es que esté presente en tu salón. Sigue estos consejos para llenar este espacio de tu hogar de alegría.
Puesto que el amarillo es un color que tiende a empequeñecer los espacios, no es adecuado para salones de tamaño reducido. Si no es tu caso, entonces puedes usarlo sin miedo aunque con precaución ya que no conviene crear un ambiente excesivamente llamativo.
El amarillo puede encajar perfectamente en distintos elementos de tu salón como, por ejemplo, los cojines, las cortinas, algunas mantitas o incluso los sofás. Elige lo primero si deseas introducir el amarillo de forma suave y la segunda opción si te encanta este color y quieres empaparte de él. Eso sí, si te decides por tapizados o piezas grandes de color amarillo, compensa el exceso de color con tonos neutros a su alrededor.
Puesto que se trata de un color que se ha demostrado que tiene un efecto favorecedor de la comunicación entre las personas, es idóneo que esté presente en estas zonas comunes donde la familia se reúne. El comedor es también un espacio muy apto para utilizarlo.
En esta parte de la casa puedes usarlo tanto en los muebles de la cocina (combinado con otros colores más suaves) y procurando que el amarillo aporte una nota de color y no sea el predominante, en las paredes usando tonos no demasiado excesivos, en el mantel de la mesa del comedor o incluso en las sillas.
Si quieres aportar una nota de color con el amarillo tanto en el salón como, por ejemplo, en las habitaciones o en otras zonas comunes puedes hacerlo mediante objetos de decoración estilo pufs, cuadros, etc.
Te aconsejamos que trates, en la medida de lo posible, de apostar por colores que no sean excesivamente llamativos ya que, a la larga, podría llegar a aburrirte y te verás en la necesidad de volver a darle una vuelta de tuerca a tu decoración con el color amarillo.
Te aconsejamos, en términos generales, que seas comedida con el color si apuestas por objetos grandes o que estén presentes en abundancia. Por ejemplo, si quieres pintar una pared de amarillo, mejor apostar por un tono mostaza o por un tono pastel que por un amarillo chillón. Igual de recomendado sería en la decoración cuando estarán presentes muchos elementos de este color.
Si eliges el amarillo como un color clave en los muebles de tu cocina, que sea en espacios clave y no demasiado vistosos ya que el amarillo, aparte de optimista y alegre, es un color que puede provocar fatiga visual.
¿Lista para comenzar a decorar tus espacios con este atractivo color?